
Si no sabes lo que es un Jaguar XK-SS, será mejor que te apresures a documentarte, porque estás cometiendo un tremendo pecado en el mundo del automovilismo. La sagrada bestia británica no es otra cosa que un Jaguar D-Type (sí, el ganador de Le Mans, impulsor del uso de frenos de disco, y tremendamente superior a cualquier otra máquina de la época) modificado para convertirlo en un coche utilizable todos los días por carretera abierta.
Es el producto así mismo del abandono de Jaguar de la competición, lo que le creó un enorme stock de D-Type en su fábrica, que decidió comercializar bajo las siglas XK-SS, la mayoría en los Estados Unidos.
Sólo se iban a vender 25 unidades, pero un incendio en la planta de ensamblaje dejó la cifra en 16, de los cuales nada menos que 12 se dieron cita en Pebble Beach para demostrarnos su porte, elegancia y belleza. Y es que si hay "un Jaguar deportivo por excelencia", no es el E-Type, sino este XK-SS, o mejor dicho, D-Type con placas de matrícula