Se ha dicho que el Jaguar XF perdió mucha de la agresividad que mostró en el prototipo original, siendo el resultado final más flojo de lo esperado. Pero a pesar de eso, las motorizaciones disponibles y el suntuoso interior parecen compensar las falencias del exterior.
Galpin Jaguar, el distribuidor más grande de la marca en Estados Unidos, decidió darle un giro radical a este felino y usando un trabajo de pintura a dos tonos, llantas de 22 pulgadas enfundadas en neumáticos de bajo perfil, juegos ópticos traseros ahumados y terminaciones oscuras en los cristales, transformó al XF en algo que nos cuesta mirar de frente. Por suerte los tipos de Galpin decidieron no modificar mucho el interior, a excepción de los acabados en madera y los asientos en rojo y negro que ahora hacen juego con la carrocería. No sólo el trabajito le da al Jaguar un aspecto inusual, sino que nos hace pensar que el maltrato a los felinos de cuatro ruedas también debe ser castigado.
